TEMA 1.- EL ALFABETO LATINO: PRONUNCIACIÓN Y ACENTUACIÓN
El alfabeto latino consta de 23 letras:
A B C D E F G H I K L M N O P Q R S T V X Y Z: mayúsculas
a b c d e f g h i k l m n o p q r s t u x y z: minúsculas
Pronunciación: todas las letras latinas se pronuncian igual que en castellano salvo:
Consonantes:
C suena como K, aunque vaya seguida de E o de I (cinis= kí-nis, centum = kén-tum)
G suena ga,gue,gui,go,gu, aunque vaya seguida de E o de I (genus = gué-nus, gigans = guí-gans) , si le sigue una u seguida de e/i, la u siempre suena pero es parte de la consonante (sanguis= sán-güis)
H sonaba como una leve aspiración a principio de palabra apenas perceptible, por lo que la podemos considerar como una consonante muda (homo= ó-mo)
LL = se trata de dos l (bellum = bél-lum)
QV = KU (quorum = kuó-rum, quas = kuás, queror = kué-ror, quinque = kuín-kue), es decir, la U siempre suena, pero forma parte de la consonante Q.
Z = ds (zonam = dsó-nam)
PH = F (phalanx = fá-lanx)
TH = T (thesaurum = te-sáu-rum)
CH = K (charta = cár-ta)
RH = R (rhetor = ré-tor)
Vocales:
En el latín clásico había cinco vocales largas (ā ē ī ō ū) y otras tantas breves (ă ĕ ĭ ŏ ŭ). La diferencia entre largas y breves era que las largas se pronunciaban más lentamente que las breves, pero esa pronunciación es muy difícil de reproducir y por tanto no la tendremos en consideración ( tan solo es relevante en cuestiones métricas para medir versos y para la acentuación)
i → a) vocal: suena como la i latina
b) semiconsonante (cuando va al principio de sílaba seguida de otra vocal o entre vocales): suena como la y de la palabra ya (iacio = iacio = yá-ki-o).
u → la u en latín clásico se pronunciaba siempre como en castellano, se escribía u en minúscula y V en mayúscula. Ya en épocas posteriores empezó a pronunciarse con un sonido semiconsonántico ( similar a la w en inglés) cuando iba a principio de palabra seguida de vocal o entre vocales y con la aparición de la imprenta para distinguir el sonido vocálico del consonántico se asignó a las grafías u/U el sonido vocálico y a las grafías v/V el sonido consonántico. En algunos libros de texto se mantienen las grafías de época clásica y en otros se mantienen las grafías que distinguían el sonido vocálico del consonántico (u/U y v/V) que son las que se mantienen en los diccionarios de uso escolar. Para adecuarnos a los diccionarios escolares, vamos a usar las grafías u/U y v/V aunque pronunciaremos la v/V como vocal para seguir la pronunciación clásica (ventum = uéntum)
y → en latín clásico sonaba como la u francesa, pero como es una letra procedente del griego y hay muy pocos préstamos griegos en el vocabulario latino con y, y para simplificar vamos a pronunciarla como la i latina (tympanum = tím-pa-num).
Diptongos:
Se trata de dos vocales pronunciadas en el mismo golpe de voz y por tanto forman una sola sílaba. En latín los diptongos son: ae, oe y au (eu solo en monosílabos e interjecciones). Los diptongos se pronuncian con mayor intensidad en la primera vocal si la palabra va acentuada en sílaba con diptongo: Caesar = Cáe-sar, poenam = póe-nam, rosae = ró-sae, heu! = héu!, tauro = táu-ro.
Acentuación:
En castellano no es lo mismo acento que tilde: el acento supone una elevación de la voz en una sílaba, mientras que la tilde es un signo diacrítico que aparece en muchas sílabas tónicas (existen palabras con una sílaba tónica que no llevan tilde); así en ‘ratón’ la sílaba tónica es ‘tón’, que además lleva tilde por ser aguda y terminar en –n; en cambio en ‘amar’ la sílaba tónica que es ‘mar’ no lleva tilde por ser palabra aguda terminada en –r.
También en castellano tenemos palabras tónicas, que son las que llevan acento, aunque no tengan tilde, y palabras átonas, que son las que no llevan acento y que necesitan apoyarse, para poder ser pronunciadas, en la palabra siguiente (son las proclíticas) o en la palabra anterior (son las enclíticas); así en ‘me lo dijo’, tenemos dos palabras átonas (‘me’ y ‘lo’) que para ser pronunciadas necesitan apoyarse en la palabra tónica siguiente (dijo), siendo, por tanto, proclíticas (en la cadena hablada tenemos que decir ‘me-lo-dijo’, apoyando ‘me’ y ‘lo’ en la sílaba tónica de ‘dijo’, que no lleva tilde por ser llana y terminar en vocal); si digo, en cambio, ‘dímelo’, vemos que ‘me’ y ‘lo’ son también dos palabras átonas que se apoyan en la tónica ‘di’ y convierten a toda la secuencia en esdrújula, debiendo llevar, por tanto, tilde. Pues bien, en latín ocurre lo mismo que en castellano: existen vocablos tónicos (que son los que llevan acento) y átonos (que van sin acento y son proclíticas o enclíticas), pero no hay tildes. Para acentuar correctamente una palabra que no sea proclítica o enclítica tenemos que seguir las siguientes reglas:
1. Los monosílabos tónicos son agudos (pars); existen muchos monosílabos en latín que son átonos, tales como las preposiciones y las conjunciones, y que, por tanto, necesitan apoyarse en la palabra siguiente (las proclíticas, que son la mayoría) o en la palabra anterior (las enclíticas, que son la minoría) para poder ser pronunciadas, como por ejemplo ad oram (ad, una preposición, es átona, por lo que necesita apoyarse en el sustantivo oram, que lleva el acento en la primera sílaba, resultando la secuencia adóram) o cantatque (-que es un conjunción copulativa átona que se apoya en cantat para ser pronunciada y se escribe añadida a ella, como cualquier enclítica; la secuencia resulta cantátque, pues las enclíticas hacen que la palabra en la que se apoyan desplacen el acento a su última sílaba, convirtiendo a toda la secuencia en una palabra llana).
2. Las palabras bisílabas son llanas (bél-lum).
3. Las palabras que tienen tres o más sílabas siguen la regla de la penúltima sílaba para ser acentuadas; así si encima de la vocal de la penúltima sílaba tenemos el signo de larga ‾ (ā ē ī ō ū) el acento va sobre ella, mientras que si tenemos el signo de breve ˘ (ă ĕ ĭ ŏ ŭ) sobre la vocal de la penúltima sílaba el acento va en la anterior, siendo la palabra esdrújula; por tanto, en amābam, al tener tres sílabas y ser la penúltima larga, el acento va sobre ella (amábam), mientras que en consŭlem tenemos que acentuarla como esdrújula por tener la penúltima breve (cónsulem). Así pues, si nos ponen el signo de breve o de larga sobre la vocal, la acentuación resulta fácil; el problema es que no siempre aparecen esos signos; cuando no los encontramos podemos deducirlos en muchas ocasiones siguiendo las siguientes reglas:
- Una vocal seguida de dos o más consonantes o de una consonante doble (X, Z) es larga. Los diptongos también son largos.
- Una vocal seguida de otra vocal con la que no forme diptongo es breve. Así en una palabra como importo, con tres sílabas, en la que no nos dicen la cantidad de la penúltima sílaba, es decir, si es larga o breve, podemos deducir que es larga por ir seguida la o de la penúltima sílaba de dos consonantes (rt), con lo que se acentúa sobre ella, siendo la palabra llana; en cambio, en prudentia (un tetrasílabo) vemos que la penúltima sílaba (ti), aunque no nos han puesto la cantidad, es breve por ir seguida la i de otra vocal con la que no forma diptongo, debiendo acentuarse sobre la antepenúltima (prudéntia).
Recuerda:
● Monosílabos tónicos: agudas
● Bisílabos: llanas
● Polisílabos (tres o más sílabas): se mira la penúltima sílaba:
- Si la penúltima es larga: llana
- Si la penúltima es breve: esdrújula
EJERCICIO 1.- Separa las sílabas y explica la acentuación de las palabras no monosilábicas: Aesōpus auctor quam materiam reppĕrit, hanc ego polīvi versĭbus senariis. Duplex libelli dos est: quod risum movet, et quod prudenti vitam consilio monet.
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